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Cómo ayudar a un hijo que tiene ansiedad por la violencia con armas en la escuela

La seguridad de un niño es la máxima prioridad para todo cuidador. La noticia de un tiroteo en una escuela puede provocar sentimientos fuertes tanto en adultos como en niños. Aunque su hijo no haya escudo hablar de la violencia con armas en las noticias o a través de personas que hablan sobre el tema, en las escuelas ahora se hacen simulacros para prepararse ante la posibilidad de que haya un tirador activo. Todo esto puede ser atemorizante para un niño. También puede llevarlo a hacer preguntas.

Si a usted le resulta difícil hablar de este tema, es natural. Es un tema difícil. Con estos consejos, podrá tener una conversación con su hijo. Esto le permitirá sentirse escuchado y expresar los miedos que tenga.

Consejos para escuchar y compartir

Es posible que su hijo venga de manera directa y le haga preguntas sobre la violencia con armas. Si bien puede tomarlo desprevenido, es una oportunidad para que exprese sus sentimientos.

Es posible que algunos niños no se sientan cómodos hablando al respecto. Puede que necesiten que se saque el tema. Si sabe que hace poco hubo un simulacro de seguridad, puede preguntarle sobre eso. O solo comience con la pregunta: "¿Te sientes seguro en la escuela?".

La conversación que tengan debe basarse en la edad y en el nivel de comprensión del niño:

  • Si su hijo es pequeño, es conveniente evitar términos e ideas más difíciles. En cambio, concéntrese en el concepto de lastimar a alguien y en lo importante que es seguir las instrucciones en caso de emergencia.

  • A veces, los niños mayores o los adolescentes les restan importancia a sus sentimientos por fuera. Pero es posible que todavía estén lidiando con lo que sienten por dentro.

Una vez que esté listo para la conversación, considere las siguientes ideas y continúe:

  • Déjelo hablar de forma abierta, sin interrupciones.

  • Escuche lo que dice.

  • Haga preguntas si no se muestra dispuesto a hablar.

  • Apóyelo explicándole que es normal tener estos sentimientos. Trate de no minimizar lo que le preocupa. No diga frases como: "Es una tontería" o "No te preocupes por eso".

  • Comparta sus propios sentimientos. Hágale saber que no está solo lidiando con esto.

  • Hable con honestidad sin alarmarlo de manera innecesaria. Tenga en cuenta que no tiene la misma experiencia ni contexto que usted. Quizás sea la primera vez que piensa al respecto.

Medidas de seguridad

Si fue un simulacro de seguridad en la escuela de su hijo lo que inició la conversación, señale que la razón por la que las escuelas hacen estos simulacros es para estar preparados. Si bien puede parecer atemorizante en el momento, en realidad están practicando algo que será de ayuda en caso de emergencia. Por eso, es importante seguir y escuchar las instrucciones. Pero deje en claro que hacer un simulacro no significa que eso vaya a suceder en la escuela. Se trata de saber qué hacer por si acaso.

Si su hijo no participó en un simulacro de seguridad, investigue qué procedimientos se implementan en la escuela y analícenlos juntos. Estas pueden incluir las siguientes:

  • Hacer simulacros de tirador activo, de refugio en el lugar o de encierro

  • Solicitar a los invitados que se registren antes de ingresar al edificio escolar

  • Evitar la entrada de invitados durante el horario escolar

  • Cerrar ciertas puertas durante la jornada escolar

  • Revisar mochilas o casilleros después de una amenaza

Una vez que haya analizado cuáles son los procedimientos de la escuela, puede elaborar un plan de seguridad con su hijo. Estas podrían ser algunas opciones:

  • Identificar a un adulto de confianza en la escuela para hablar.

  • Averiguar dónde denunciar comportamientos sospechosos o cualquier otra amenaza.

  • Asegúrese de que su hijo sepa cómo comunicarse con usted (o con un contacto de emergencia) si es necesario. Ayudarlo a memorizar un número de teléfono directo o escribirlo para guardarlo en un lugar seguro. De esta manera, podrá usar el número de manera rápida.

  • Explicarle que, si por algún motivo no puede seguir los procedimientos escolares o se separa del grupo, debe hacer lo que pueda para llegar a un lugar seguro. Está bien correr o esconderse en una emergencia de tirador activo como último recurso.

  • Saber qué hacer si se separa de la clase o de la escuela. Esto puede implicar ir a la casa de alguien o a una tienda local. Luego, puede usar un teléfono para pedir ayuda. También puede mantenerse alejado del daño.

Estrategias de afrontamiento

Incluso con conversaciones abiertas, la idea de no sentirse seguro en la escuela puede generar estrés y ansiedad. Tome nota de los cambios en el comportamiento de su hijo después de hablar sobre la idea de la violencia con armas en la escuela. Quizás no quiera volver a ir a la escuela ni participar en actividades escolares. Esto también puede provocar mal comportamiento o calificaciones inferiores. O puede sentirse abrumado por la emoción de las víctimas reales de la violencia con armas.

En estos casos, es importante mantener el diálogo. Es posible que siga teniendo esta conversación muchas veces a lo largo de los años, en especial a medida que su hijo crece. Si su hijo tiene problemas para concentrarse debido al estrés o al duelo, hay métodos para afrontar la situación que pueden ser útiles. Entre ellos, se encuentran los siguientes:

  • Hacer ejercicios de respiración

  • Usar una pelota de estrés o un spinner

  • Centrarse en 1 cuestión positiva cada día

  • Evite los desencadenantes

  • Apoyar causas para las víctimas de la violencia con armas

Si estos problemas persisten o empeoran, debe buscar ayuda profesional. Dígale a su hijo que todo el mundo necesita ayuda en ocasiones y que no debería avergonzarse si la necesita.

No existe una respuesta perfecta para todas estas cuestiones complejas. Pero hablar al respecto de manera honesta les permite a los niños expresar sus miedos. Este es un primer paso importante para ayudarlos a sentirse más seguros.

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