Los trastornos digestivos que afectan a los bebes y a los niños van desde problemas sencillos por los que pasan la mayoría de los niños de vez en cuando, tales como vómitos o diarrea, a defectos congénitos más graves tales como la fístula traqueoesofágica, o enfermedades como la apendicitis.
Los trastornos digestivos y hepáticos pueden tener efectos importantes sobre la salud de un niño. Un aparato digestivo sano procesa los alimentos y los líquidos que comemos, reponiendo las vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas que son vitales para que el cuerpo funcione correctamente.
Los vómitos o la diarrea ocasionales pueden producir deshidratación, sin embargo, los problemas a largo plazo con el aparato digestivo o el hígado pueden agotar nutrientes importantes, originando desnutrición, que afecta el crecimiento y el desarrollo físico y mental del niño.
Algunos trastornos digestivos, tales como los vómitos o la diarrea, pueden ser tratados eficazmente por el médico de su hijo. En otras ocasiones, el médico de su hijo lo remitirá a un médico especializado en los trastornos digestivos y hepáticos (del hígado) en los niños. Dichos especialistas son los Gastroenterólogos pediátricos.
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